Entrevista con Margaret Atwood

Margaret Atwood prefiere hablar de literatura universal, de ecología o de casi cualquier cosa que no sea su obra. Particularmente célebre por sus trabajos de ficción especulativa, Atwood acaba de publicar MaddAddam, el libro que cierra su trilogía del mismo nombre. El resultado de ese conjunto (integrado también por las novelas Oryx y Crake y El año del diluvio) es un retrato sombrío de lo que podría ocurrir en el planeta, una vez que entreguemos los recursos naturales a las corporaciones. Aun cuando disfruta de imaginar posibles futuros desastrosos para la raza humana, Atwood parece tener una fe inquebrantable en el lenguaje, no solo por la cuidada elección de sus palabras o su juego con los géneros literarios, sino por la manera en que sus personajes recurren a las historias para no sucumbir. … Buena parte de sus libros contienen historias dentro de historias, lo cual le permite jugar con otros géneros. Pienso en la novela romántica en Doña Oráculo o en la ciencia ficción de El asesino ciego. ¿Cuál es su opinión respecto a los géneros?, ¿cree que algunos son “menores”? No hay “géneros menores”. Hay me- jores y peores usos para materiales de todo tipo. Shakespeare usaba todo lo que le cayera en las manos, incluyendo baladas folk, cuentos de hadas, comedia del arte, leyendas, chistes verdes, comedia bufonesca, lo que se te ocurra. Don Quijote usa convenciones románticas kitsch y las convierte en algo sublime. Y si examinas más de cerca La vida de las mujeres, de Alice Munro, podrás ver que la protagonista se abre paso entre convenciones literarias fallidas. En los cuentos de Asesinato en la oscuridad o The tent hace nuevas versiones de mitología clásica, ¿qué le atrae de los mitos? Crecí con ellos, y los conozco bastante a fondo. No es lo que “son”, porque nadie sabe realmente cuándo se crearon o qué solían significar, sino lo que pueden sugerir lo que los hace interesantes, no solo para mí sino para muchos escritores en todas las épocas. En alguna reseña de su trabajo se afirma que usted parece tenerle más aprecio a sus personajes masculinos y no tanto a los femeninos, que suelen ser “desagradables”. No estoy de acuerdo, pero me pregunto: ¿realmente importa si un personaje es “agradable”, especialmente si es mujer? ¡Es un bonito giro! Antes me solían acusar de lo contrario: buenas mujeres y malos hombres. Este debate de lo “agradable” es en verdad tonto. ¿Leerías un libro en el que todo el mundo fuera amable todo el tiempo? ¡Claro que no! John Keats dijo que Shakespeare disfrutó tanto crear a Imogenia como a Yago. Lo que importa no es si un personaje es agradable. Lo que importa es que esté vivo. Gusto, energía, sorpresas… las muñecas de porcelana no proveen nada de eso. Sus personajes cambian de nombre o de identidad con frecuencia. ¿Cuál es el papel de la identidad en su ficción? No sé a qué te refieres con “identidad”… la gente que se disfraza es tan vieja…

Origen: Entrevista con Margaret Atwood | Letras Libres

Esta entrada fue publicada en El oficio de creador, El oficio de lector, Entrevista y etiquetada . Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s