La escritura de un poema es, para mí, la tarea física y mental de construir un compartimento de palabras hermético, de preferencia con una columna principal móvil (a saber, la narrativa), para contener un poco de las verdaderas causas y fuerzas de la mente y el cuerpo creativos. Las causas y fuerzas están siempre ahí, y necesitan siempre una expresión concreta. Para mí, el “impulso o “inspiración” poéticos es sólo la súbita, y generalmente física, llegada de la energía a la capacidad artesanal y de construcción. El trabajador más perezoso recibe menos impulsos. Y viceversa.

Dylan Thomas