Cuéntame, oh musa, la historia de aquel varón de multiforme ingenio que, después de destruir la sagrada ciudad de Troya, anduvo errante largo tiempo, vio las ciudades y conoció las costumbres de muchos hombres, y padeció en su corazón gran número de penalidades durante su navegación por el mar, mientras se esforzaba por salvar su vida y la de sus compañeros para regresar a la patria. Pero no pudo librarlos de la muerte y todos perecieron a causa de sus locuras.
Homero. La odisea
Era un viejo que pescaba solo en un bote en la corriente del Golfo y hacía ochenta y cuatro días que no cogía un pez.
Ernest Hemingway. El viejo y el mar
Hoy ha muerto mamá. O quizás ayer. No lo sé.
Albert Camus. El extranjero
Al despertar Gregorio Samsa una mañana, tras un sueño intranquilo, se encontró en su casa convertido en un monstruoso insecto.
Franz Kafka. La metamorfosis
Vine a Comala porque me dijeron que aquí vivía mi padre, un tal Pedro Páramo.
Juan Rulfo. Pedro Páramo
Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo.
Gabriel García Márquez. Cien años de soledad