Cuaderno de poemas. Eugenio Montale

Tráeme el girasol para que lo trasplante

a mi tierra quemada por la sal,

y muestre todo el día al azul espejeante del cielo la ansiedad de su rostro amarillento.

Tienden a la claridad las cosas oscuras,

se consumen los cuerpos en un fluir

de colores: esos en música. Desvanecerse

es, pues, la mayor de las venturas.

Tráeme tú la planta que conduce

donde surgen rubias transparencias

y se evapora la vida cual esencia;

tráeme el girasol enloquecido de luz.

Eugenio Montale

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