Entramos en la vida rodeados de muertos y estos son más numerosos cuanto más avanzamos en ella. Los primeros muertos son siempre muertos narrados. Aquellos que ya no habitaban el mundo cuando nosotros nacimos, pero de quienes nos alcanza su ejemplo por boca de nuestros padres. Toda familia necesita conformar un relato de sí misma y todas lo hacen, en una parte sustancial, exhibiendo sus muertos. Lo que fueron, lo que consiguieron, sus limitaciones, sus aciertos
Origen: De lo que no se puede escribir – Cuadernos Hispanoamericanos