En la época victoriana, no se podían
mencionar los pantalones en presencia
de una señorita.
Hoy por hoy, no queda bien decir ciertas
cosas en presencia de la opinión pública:
El capitalismo luce el nombre artístico
de economía de mercado;
el imperialismo se llama globalización;
las víctimas del imperialismo se llaman
países en vías de desarrollo, que es
como llamar niños a los enanos;
el oportunismo se llama pragmatismo;
la traición se llama realismo;
los pobres se llaman carentes, o carenciados,
o personas de escasos recursos;
la expulsión de los niños pobres por el
sistema educativo se conoce bajo el
nombre de deserción escolar;
el derecho del patrón a despedir al obrero
sin indemnización ni explicación se llama flexibilización del mercado laboral;
el lenguaje oficial reconoce los
derechos,de las mujeres, entre los
derechos de las minorías, como si la
mitad masculina de la humanidad
fuera la mayoría;
en lugar de dictadura militar, se dice proceso;
las torturas se llaman apremios ilegales,
o también presiones físicas y psicológicas;
cuando los ladrones son de buena familia,
no son ladrones, sino cleptómanos;
el saqueo de los fondos públicos
por los políticos corruptos responde
al nombre de enriquecimiento ilícito;
se llaman accidentes los crímenes
que cometen los automóviles;
para decir ciegos, se dice no videntes;
un negro es un hombre de color;
donde dice larga y penosa enfermedad,
debe leerse cáncer o sida;
repentina dolencia significa infarto;
nunca se dice muerto, sino desaparición
física; tampoco son muertos
los seres humanos aniquilados
en las operaciones militares:
los muertos en batalla son bajas,
y los civiles que se la ligan sin comerla
ni beberla, son daños colaterales;
en 1995, cuando las explosiones nucleares
de Francia en el Pacífico sur, el embajador
francés en Nueva Zelanda declaró:
«No me gusta esa palabra bomba.
No son bombas.
Son artefactos que explotan»;
se llaman convivir algunas de las
bandas que asesinan gente en Colombia,
a la sombra de la protección militar;
Dignidad era el nombre de unos de los
campos de concentración de la
dictadura chilena y libertad la mayor
cárcel de la dictadura uruguaya;
se llama Paz y Justicia el grupo
paramilitarque en 1997,
acribilló por la espalda a
cuarenta y cinco campesinos,
casi todos mujeres y niños,
mientras rezaban en una iglesia
del pueblo de Acteal, en Chiapas.
Eduardo Galeano.