El conocimiento exige mucha responsabilidad de un escritor y complica la labor de escribir. Intentar escribir algo de valor permanente es un trabajo a tiempo completo, aunque sólo se dediquen unas horas al día al acto concreto de escribir. Un escritor es como un pozo. Hay tantos tipos de pozos como de escritores, pero lo importante es que haya agua dentro, y es mejor sacar con regularidad una cantidad constante que dejar el pozo seco y esperar a que se llene de nuevo.

Entrevista con Ernest Hemingway (“The Paris Review”. 1953-1983)