Escribíamos versos por necesidad
como quien respira tras contener la respiración un minuto
escribíamos versos donde se decía todo y no se decía nada
yo los leía y me dormía con ellos en la boca
y con Bukowski o Juarroz
o con Bolaño y Cortázar rodeando las esquinas de mi cama
los mezclabámos con alcohol y creíamos en ellos con la misma fe a la que se agarra el condenado esperando la llamada del alcaide de la prisión
los maullábamos en las noches de celo
los consumíamos con fiebre
a cucharadas
otras veces
escribíamos versos como quien recita los ríos de la cornisa cantábrica
titubeando
los pronunciábamos y los interrumpía continuamente
el ruido ajeno de una respiración
y escondidos en ellos
las palabras
aún envueltas en su caja
en celofán
¿qué haremos con ellos?
versos para el ebay
versos de segunda mano
versos para comerciar
versos en subasta
