Lo más difícil, cuando uno ha empezado a escribir, es ser sincero. Habrá que sopesar esta idea y definir lo que es la sinceridad artística. Provisionalmente, propongo esto: la palabra nunca precede a la idea. O bien: la palabra siempre debe ser requerida por ella; tiene que ser irresistible, inevitable; y lo mismo rige para la frase, para la obra entera. Y para la vida entera del artista: su vocación tiene que ser irresistible; que no pueda no escribir (quisiera que primero se resistiese a sí mismo y que ello le hiciera sufrir).
Desde hace meses el miedo a no ser sincero me atormenta y me impide escribir. Ser totalmente sincero…

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