Hiraki Ōe con sus padres, Kenzaburo Ōe e Itami Yukari
En la obra literaria del Premio Nobel Kenzaburō Ōe asoma muchas veces una circunstancia: la enfermedad de su hijo Hikari. Sin embargo, lo hace siempre desde una experiencia positiva y ofreciendo una puerta a la esperanza. No en vano, su historia es una de las más bellas y emocionantes de la literatura reciente, además de un ejemplo de superación ante la adversidad.
"Escribir no es sentarse a escribir; esa es la última etapa, tal vez prescindible. Lo imprescindible, no ya para escribir sino para estar realmente vivo, es el tiempo de ocio." (Mario Levrero)