Leemos novelas para «estar allí», para adueñarnos de las experiencias que de otro modo permanecerían incomunicables y ajenas. La historia nos dice lo que pasó. Únicamente la novela puede hablarnos de cómo pasó, en qué forma fue vivida una época.
La palabra «novela» fue sinónimo de «novedad» y «noticia». Definió una narración que contaba algo nuevo. En vez de imitar obras de la antigüedad se refería a lo más inmediato. Permitía a la gente observar la vida en su fluir, entender la realidad de la que formaba parte. Sucedía a una persona determinada en un momento preciso. Era un género popular. Encontraba sus autores, sus personajes y su público en una nueva clase social.
