Tendremos que aceptar de una vez por todas, con todas las consecuencias, que la literatura de verdad puede existir al margen de la moda, y de la actualidad, y de la celebridad pública, al margen de todos los indicadores oficiales, o académicos, o comerciales, que determinan el mérito. Y tendremos que adaptar nuestro trabajo y nuestra vida a esa aceptación. Eso quiere decir apartarse de manera tajante y sin énfasis de toda forma de mundanidad literaria, no dejarse llevar ni por el rechazo ni por el halago: escribir y leer tan apartados de todo como lo estamos ahora, en esta isla del encierro.

(De su libro Volver a dónde)