Me pasa algunas veces cuando estoy en compañía: el yo enmudece, me quedo sin palabras. Es cuando ha llegado el momento de desaparecer y buscar un lugar silencioso, con algún pretexto, pues allí vuela el habla. Tienes que apartarte de la sociedad para volver a ser sociable, para que vuelva el lenguaje y puedas hablar contigo mismo.
Es muy importante que un hombre pueda hablar consigo mismo. Cuántas veces me ha pasado esto, nada más cerrar una puerta detrás de mí y en mi interior algo empezaba a hablar. Mientras antes, en medio de la gente, estaba sumido en la más absoluta mudez.
Hay una diferencia muy grande entre el silencio y la mudez. Las sociedades de hoy están más amenazadas que nunca por hacer enmudecer al individuo.
