La verdadera cultura no tiene fronteras, tampoco prohibiciones, jerarquías ni solemnidades. La verdadera cultura es intuitiva, orgánica, emocionante y certificada precisamente por esta convivencia íntima, sanguínea, apasionada, con lo hecho por otros. […] Así pues, vida y biblioteca son sinónimos.

(Leído en las citas iniciales de “Herido leve”. Eloy Tizón)