Bueno, ciertamente por placer, aunque está claro que no es un placer tan grande. En ese caso para complacer a otros. He escrito con eso en mente a veces, pensando en ciertas personas, pero sería más honesto decir que he escrito para que otros me admiren, para que me quieran, para ser elogiado, reconocido. A fin de cuentas, ésa es la única razón. El resultado apenas tiene nada que ver. Ninguna de esas razones da la fuerza del deseo.
[…] Eres el héroe de tu propia vida: te pertenece sólo a ti, y a menudo es la base de una primera novela. Ninguna otra historia está más a tu alcance para que dispongas de ella.

¡Muy interesante! Ese es el dilema: ¿se escribe para uno mismo o para los demás? O quizá ambas…