La queja de Adan
Algunos,
les des lo que les des,
siguen deseando la luna.
El pan,
la sal,
la carne blanca o roja,
y siguen con hambre.
El lecho nupcial
y la cuna,
y siguen con las manos vacías.
Les das tierra,
su propia tierra bajo los pies,
igual se van por los caminos.
Y agua: cavas para ellos el pozo más profundo,
y no será lo bastante profundo,
para que beban en él la luna.
Denise Levertov