Nació en Kórnik en 1923. Inexperta porque nada ocurre dos veces. Y morirá, si es que llega a morir, sin acostumbrarse. Características particulares: encanto, desesperación y poesía. Prefiere el ridículo de escribir poesía al ridículo de no escribirla. En 1996 el jurado de Estocolmo la prefirió a ella entre los demás candidatos y le otorgaron el premio Nobel. Cosa extraña, porque había escrito que si la balanza existe tiene los platos inmóviles. ¿Aquel giro del destino ha cambiado su vida? No lo creo, porque ha escrito también que el viento nos despeina los cabellos sin otro motivo que el soplar.
¿Y hoy? Hoy tiene más de ochenta años, pero no en este momento. ¿Y mañana? Nada de miedo. No siquiera mañana morirá, porque a ese respecto ha sido clara: «La muerte es la única que usa, para hablar, la prosa».
(Szymborska murió el 1 de febrero de 2012, cuatro años después de de publicación de este libro de Baroncelli en Italia)
Eugenio Baroncelli. Doscientas sesenta y siete vidas en dos o tres gestos