Siempre que estoy enamorado de una mujer me interesa su pasado, como una manera de ver de qué modo ella y yo hemos terminado por encontrarnos en un punto definido e inestable del tiempo. Como si desde el nacimiento hasta el presente hubiéramos recorrido un camino lleno de curvas y vueltas que sin embargo nos llevaba a un lugar donde inevitablemente íbamos a encontrarnos. El amor tiende al pensamiento mágico, uno cree que el otro estaba destinado a ser visto y a ser seducido porque no había ninguna opción diferente.

Ricardo Piglia. Los diarios de Emilio Renzi