Primo Levi aseguraba que sobrevivieron los peores. Todos los que no se adaptaron al Lager y lucharon por conservar su dignidad, cayeron los primeros. La vasta red de campos de concentración no se conformaba con clasificar, confinar y exterminar. Se pretendía reinventar el concepto de humanidad, estableciendo quiénes merecían vivir y qué modelos de conducta debían prevalecer. La imaginación popular cree que sólo hubo un puñado de campos –poco más de una decena, quizás veinte–, pero la realidad es muy distinta. La Enciclopedia de Campos y Guetos del Holocausto Memorial Museum de Washington ha elaborado un minucioso estudio que registra la existencia de cuarenta y dos mil quinientos campos de concentración, guetos, factorías de trabajo esclavo y otros espacios de confinamiento repartidos por Europa. […]
Origen: ¿Qué harías por sobrevivir? La historia de Paul Steinberg