El 7 de enero de 1938 Beckett salió a tomar un café con sus amigos Alan y Belinda Duncan.
Mientras caminaban por la calle de Orleans, un hombre se acercó a pedirles dinero. Ante la negativa de Beckett, el hombre le hundió un puñal en el pecho.
Los Duncan pidieron auxilio por las calles oscuras de París mientras el escritor se desangraba. Una mujer les abrió las puertas de su casa. Minutos más tarde, una ambulancia recogía a Beckett entre la vida y la muerte.
La mujer, una pianista dedicada a la enseñanza de la música, era Suzanne Deschevaux-Dumesnil. Así conoció Beckett a la mujer con la que compartiría su vida los próximos cuarenta años. “Para ella el acto tranquilo” podría leerse como un poema dedicado a Suzanne en los duros años franceses. Un raro poema de amor
Para ella el acto tranquilo
los poros sabios el sexo libre
la espera no muy lenta los lamentos no
muy largos
la ausencia
al servicio de la presencia
algunos jirones de azul en la cabeza los
vuelcos
del corazón
al fin muertos
toda la tardía gracia de una lluvia
interrumpida
al caer una noche
de agosto
para ella vacía
él puro
de amor ..
Samuel Beckett
(A través de “Arte y literatura”)
Extraño poema, realmente 🙂