La intensidad del poema
Es probable que un poema sea sólo una cuestión de intensidad. La intensidad, ¿a qué la podemos asociar, si no es a la experiencia de un sentimiento? Puede ser un sentimiento más o menos oculto o más o menos manifiesto, pero allí donde pueda haber intensidad, puede haber poesía. […] Intensidad quiere decir concentración. Pero esto no excluye, sino todo lo contrario, que el poema tenga que entenderse […] Yo sólo sé aproximarme al concepto de entender diciendo que es un proceso de entrada y de salida. Lo que en teoría de la información se llama una caja negra. Entra una información y sale otra, sin que sepamos que ha pasado en el interior de la caja negra. En un poema entra una persona con un determinado estado interior, lo que yo llamaría, continuando dentro del marco de la teoría de la información, con un grado de desorden a causa de los miedos, las tristezas, las pérdidas, es decir de los factores que continuamente están amenazando el equilibrio interior. Si a la salida del poema este desorden es menor, quiere decir que se trata de un buen poema y que se ha entendido.
No hay muchas cajas negras en las cuales nuestra soledad pueda entrar para salir más consolada, más ordenada, más feliz en suma. La poesía quizá no es gran cosa, pero más dura es la intemperie sin versos. En este sentido, la poesía es la última Casa de Misericordia.
