Una, si se busca un libro importante, se termina por encontrarlo. Segundo, no todos los libros son importantes para todos. Un libro es importante para usted, otro libro es importante para mí. No hace falta pensar en la literatura como una revelación divina y que todo el mundo esperaba sólo el Ulises de Joyce. El mundo podría vivir también sin el Ulises de Joyce. Uno puede haber leído otro libro que resultó igualmente formativo e importante para sí. Además, sucede, mirando mi historia personal, pero creo que corresponde a la historia de todos, que han resultado enormemente importantes para mí libros que no valen nada, pero que en aquel momento fueron formativos, me hicieron pensar, me han alimentado la fantasía. No son libros importantes para todos. Pero fueron importantes para mi experiencia. Y puede darse que en la inmensa cantidad de libros que hay en las librerías se produzca una especie de selección natural a lo Darwin, donde los que no vale la pena que vivan, mueren.
