Cuaderno de poemas. «No entres dócil en esa buena noche». Dylan Thomas

No entres dócil en esa buena noche,

la vejez debería arder y enfurecerse al concluir el día;

enfurecerse, enfurecerse contra la muerte de la luz.

Aunque al llegar su fin los sabios sepan que la oscuridad es justa,

ya que sus palabras no desviaron el relámpago

no entran dóciles en esa buena noche.

Los hombres buenos, por ser los últimos, al lamentar lo mucho

que podrían haber brillado sus obras frágiles

se enfurecen, se enfurecen contra la muerte de la luz.

Los hombres salvajes, que capturaron al sol al vuelo y lo cantaron

y que aprenden, tarde, que entristecieron su camino

no entran dóciles en esa buena noche.

Los hombres graves, moribundos, que ven con ojos cegados

que los ojos ciegos podrían arder como meteoros y ser dichosos,

se enfurecen, se enfurecen contra la muerte de la luz.

Y tú, padre mío, desde tu altura triste,

maldice, bendíceme ahora con tus lágrimas feroces, te lo pido.

No entres dócil en esa buena noche.

Enfurécete, enfurécete contra la muerte de la luz».

Dylan Thomas

(Leído e «Solenoide» de Mircea Cartarescu)

Esta entrada fue publicada en Colección de textos literarios o no y etiquetada . Guarda el enlace permanente.

Deja un comentario