A LA MANERA DE 1900
Que no vengan la muerte
ni la vejez a coronar su victoria
en el jardín de tu hermosura:
Un segundo
me ha sido dado contemplarte
como una flor: No la toco
para que no deshaga
en polvo de ala o en nieve
la rosa de oro que vive
lo que la rosa de carne.
Azevedo Oliveira