Es una cosa curiosa que me pasó durante un viaje con mi familia a Malta. Era Viernes Santo y estábamos visitando la isla de Gozo, que es pequeñísima, cuando me topé paseando con una celebración religiosa en una iglesia. Estaba allí todo el pueblo. En un momento dado, todos salieron en procesión alrededor de la iglesia y volvieron a entrar. Pero cuál sería mi sorpresa cuando repitieron eso mismo siete veces. ¿Por qué? Porque la tradición allí ese día es visitar siete iglesias. Y como ellos solo tienen una, pues dan vuelta sobre la misma siete veces. Aquello me pareció absolutamente teatral. Porque el teatro aparece cuando la realidad no es suficiente. Y la realidad nunca es suficiente”.
