Yo paso por ser lo que se llama un ‘escritor serio’, como Béla Bartók pasa por compositor serio, y la fama se difunde. En el fondo es una reputación pésima. Yo me siento absolutamente ‘incómodo’. Por otra parte, tampoco soy, naturalmente, un escritor alegre, un narrador de historias, en el fondo aborrezco las historias. ‘Soy un destructor de historias, soy el típico destructor de historias’. En mi trabajo, cuando se forman en alguna parte signos de una historia, o cuando sólo a lo lejos, en alguna parte detrás de una colina de prosa, veo surgir la insinuación de una historia, disparo contra ella.

(A través de Patricia Damiano)