El libro. María Zambrano

El libro existe de por sí, lleva su ser propio, tiene su hueco, tiene su ausencia, tiene su amor. Recoge la voz y la irradia, recoge la indiferencia como si fuera, no sé, un extraño ser animado. Nos acompaña su ausencia, nos sobrecoge su presencia. Y puede suceder lo más increíble: que solamente por tener un libro cerca, tocándolo, se comience ya a saber lo que contiene. Una manifestación singular, diferente y distinta de todos los demás seres […]. El libro es un don que no se gasta, moneda que da la mano, moneda que está en la mano. Quizá se puede perder, pero lo que está en el alma se pierde si no se da, dijo por entonces el poeta Antonio Machado. El libro aún tiene algo indeleble, un perfume que, cuanto más se aspira, como el de ciertas flores, se acrecienta. El libro tiene olor, perfume, impregna las paredes y está lleno de amor. Y para aquel que lo recibe por primera vez, resulta de una tal conmoción, con tal devoción es recogido entre las manos, que es como un ser. Un don, al mismo tiempo, del cielo y de la tierra, que trae un mundo lejano y misterioso que se hace propio, que se hace íntimo, una lejanía misteriosa que entra en la intimidad.

María Zambrano
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2 respuestas a El libro. María Zambrano

  1. azurea20 dijo:

    Qué maravilla, qué maravilla. Maria Zambrano siempre viva.

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