Cada vez que entra a un teatro, el espectador puede encontrarse con su doble. Ese es el desdoblamiento más importante: el teatro es un lugar en que puedo encontrarme con mi doble. En ese encuentro se me revela mi forma. Mi doble no es una copia de mí, sino otra posibilidad de mí. Incluye lo latente, lo fallido, lo reprimido de mí”.
