Escribo un diario, un dietario -probablemente mi obra más importante, que ya abarca más de cuarenta años-, en el que escribo casi cada día, si estoy tres días seguidos sin escribir en él, me siento mal, es una adicción. Además, escribo una novela cada cinco años, y mientras tanto escribo cosas diversas: artículos políticos, libros para niños y libros académicos ya que soy profesor de universidad. Hasta ahora he escrito unos veinticinco libros. Aquellos que son de carácter literario los escribo a mano y los entrego sin editar. Nunca he tenido que arrancar ninguna página de lo que escribo, tal cual está escrito lo entrego a los editores; no cambio ni añado nada, como mucho una palabra o dos por página. Ahora escribo una novela que supera el millar de páginas, el manuscrito está pulido, sin tachaduras, desde el principio hasta el final.
