Cuando escribo lo hago en un estado de trance. No tengo un plan previo a la hora de escribir, escribo sin borrador, a la primera.
[…] Es mi forma de tener una doble personalidad. No quiero mezclar mi vida con el hecho de escribir, son universos separados el hombre que escribe y el hombre que vive. Soy escritor sólo cuando escribo, después soy el hombre más común de la Tierra. Cuando escribo, otra persona se calza mi piel, se mete dentro de mí y me posee. Es un animal que se apodera de mí y no tiene límite y siente que puede hacer todo lo que quiera. Yo soy una persona más suave, más calmada, pero el animal que escribe es salvaje.

“El animal que escribe es salvaje”… Cuánta verdad. Saludos 🙂