
Friedgard Thoma, una joven profesora alemana, tenía 35 años cuando a comienzos de los 80 envió una arrebatada carta, pletórica de admiración, a un Emil Cioran que rondaba los 70. Comenzaba así una relación sentimental, llena de aristas, desencuentros y pasión, de la que Thoma da cuenta en ‘Por nada del mundo. Un amor de Cioran’ (Hermida)
Origen: Emil Cioran, la última pasión prohibida | El Cultural