
(…) Así, toda la gente lee hoy todo volando, lo leen todo y no conocen nada. Yo entro en un libro y me establezco en él en cuerpo y alma, tiene que imaginárselo, en una o dos páginas de un trabajo filosófico como si penetrara en un paisaje, una naturaleza, una formación estatal, un accidente terrestre si se quiere […]
a través de (1) Thomas Bernhard: Maestros antiguos (fragmento)