Quiero vivir con las personas de quienes escribo. Tengo siempre un oído muy atento a lo que sucede en la calle. Flaubert decía de sí mismo que era un ‘hombre-lapicera’. Yo me siento una ‘mujer-oreja’. Cuando voy por la calle y escucho frases, exclamaciones, pienso en cuántas novelas desaparecen sin dejar señales. Una parte de la vida humana, la hablada, escapa a la literatura.
Svetlana Alexievich
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