No creo en la pura ficción ni tampoco en la autobiografía. ¿Por qué tendría que ser importante saber si algo es cierto o no? La verdad no existe, sólo importa la manera de contar una historia.
Para escribir reconozco dos maestros: soledad y disciplina. Hay que encontrar nuestras propias maneras de soledad, de tomar distancia con todo. Las mañanas para mí son sin teléfono, sin correo electrónico: nada. Entonces correr detrás de la pequeña música propia y no dejar que otros autores la parasiten. Ni tampoco las vicisitudes de lo cotidiano.
Delphine de Vigan