No sé de qué hablar…¿De la muerte o del amor? ¿O es lo mismo? ¿De qué?
Svetlana Aleixievich. Voces de Chernóbil
El pequeño Billy Twillig se subió a bordo de un 747 con rumbo a una tierra lejana. Esto se sabe a ciencia cierta. El hecho de que se subió al avión. El avión era un Sony 747, etiquetado como tal y programado para llegar a su punto de destino un número exacto de horas después del despegue. Todo esto es susceptible de verificación, marcado con guijarros (khalix, calculus), tan real como el número uno.
Don DeLillo. La Estrella de Ratner
En la ciudad había dos mudos, y siempre estaban juntos.
Carson McCullers. El corazón es un cazador solitario
Nadie lo vio desembarcar en la unánime noche, nadie vio la canoa de bambú sumiéndose en el fango sagrado, pero a los pocos días nadie ignoraba que el hombre taciturno venía del Sur y que su patria era una de las infinitas aldeas que están aguas arriba, en el flanco violento de la montaña, donde el idioma zend no está contaminado de griego y donde es infrecuente la lepra.
Jorge Luis Borges. Las Ruinas Circulares