Toses, ni que decir tiene, sobre todo por la noche, cuando tu cuerpo se encuentra en posición horizontal, y en esas madrugadas en que los bronquios están obstruidos más de la cuenta, te levantas de la cama, vas a otra habitación, y toses como loco hasta expectorar toda la porquería. Según tu amigo Spiegelman (el fumador más ferviente que conoces), siempre que alguien le pregunta por qué fuma, responde indefectiblemente: «Porque me gusta toser.»
Paul Auster. Diario de Invierno
