P.: E. M. Forster dice que, a veces, sus personajes principales toman el control y dictan el curso de sus novelas. ¿Ha tenido alguna vez ese problema, o conserva siempre el control sobre la historia?
R.: Lo único que he leído de Forster es una novela que, por cierto, no me gustó. Y, en cualquier caso, no fue él quien inventó esa trillada fantasía sobre personajes con voluntad propia. Es más viejo que la sarna. Aunque, por supuesto, uno empatiza con los personajes de Forster si es cierto que tratan de escapar del viaje ese a la India o adonde sea que los lleva. Mis personajes son esclavos de las galeras.

Entrevista con Vladímir Nabokov (“The Paris Review”. 1953-1983)