R. Un artista es una criatura impulsada por demonios. No sabe por qué ellos lo escogen y generalmente están demasiado ocupados para preguntárselo. Es completamente amoral en el sentido de que será capaz de robar, tomar prestado, mendigar o despojar a cualquiera ya todo el mundo con tal de realizar la obra.
P. ¿Quiere usted decir que el artista debe ser completamente despiadado?
R. El artista es responsable solo ante su obra. Será completamente despiadado si es un buen artista. Tiene un sueño, y ese sueño lo angustia tanto que debe librarse de él. Hasta entonces no tiene paz. Lo echa todo por la borda: el honor, el orgullo, la decencia, la seguridad, la felicidad, todo, con tal de escribir el libro. Si un artista tiene que robarle a su madre, no vacilará en hacerlo.
P. Entonces la falta de seguridad, de felicidad, de honor, ¿sería un factor importante en la capacidad creadora del artista?
R. No. Esas cosas solo son importantes para su paz y su contento, y el arte no tiene nada que ver con la paz y el contento.

William Faulkner
Entrevista con William Faulkner (“The Paris Review”. 1953-1983)