Pero siempre digo una cosa: desde la infancia, siempre me han gustado las historias que transmiten tensión. Me gustaba que las historias fueran historias, con un principio, un nudo y un desenlace, con algún clemento que despierte la curiosidad por saber cómo va a terminar todo. Esa es una regla que sigo observando hasta el día de hoy. En nuestra era, el arte de contar historias ha caído casi por completo en el olvido, pero yo hago lo posible por no sufrir ese tipo de amnesia. Para mí, una historia será siempre algo que el oyente escucha porque quiere saber qué ocurre a continuación. Si el lector lo sabe todo desde el principio, eso no es una historia, por muy buenas que sean las descripciones.

Isaac Bashevis Singer
(Entrevista con Isaac Bashevis Singer (“The Paris Review”. 1953-1983))