«Creo que el peor enemigo del escritor siempre está en su interior y eso es lo que me estaba pasando. Yo, al contrario que la protagonista de mi novela, no tuve que luchar contra la página en blanco sino con la idea de que lo que estaba escribiendo era directamente malo. Solo al final me di cuenta que el edificio que había construido se sostenía porque es una escritura que se parece a un guion de cine».
Delphine de Vigan