Lo que tiene que hacer un autor es hablar del oficio de escribir. Eso es lo único que cuenta. Y, además, hay que hablar con mucha discreción. Se nos da demasiada publicidad, nos hemos convertido en objeto de la publicidad, es repugnante. Llegará un día en que todo el mundo tenga que someterse a una cura de humildad, en la literatura y en todos los ámbitos de la vida. Estamos contaminados por la publicidad, es innoble. La única obligación de un escritor es hacer su trabajo y cerrar el pico, eso es todo. Luego el público lee sus libros o no los lee, ése es su problema. El autor lo que tiene que hacer es desaparecer.

P: ¿Escribe por placer?

R; No, para nada. Si tuviera dinero, no volvería a escribir nunca más. Artículo número uno.

Entrevista con Louis- Ferdinand Céline  (“The Paris Review”. 1953-1983)