Un narrador no está nunca ni por encima ni por debajo de sus personajes y nadie ha de leer con la pretensión de escindir a los personajes de su narrador, ya que los personajes no son más que un modo de aglomerar fragmentariamente la narración, del mismo modo que la densidad determinada de un párrafo aglomera de una cierta manera una página escrita.

Juan José Saer