Yo no establezco una dicotomía entre arte y protesta. “Memorias del subsuelo”, de Dostoievski, es entre otras cosas una protesta contra las limitaciones del racionalismo decimonónico. Tanto el “Quijote” como “La condición humana”, “Edipo rey” o “El proceso” son libros que expresan algún tipo de protesta, incluso contra las limitaciones de la propia vida humana. Si la protesta social es la antítesis del arte, ¿cómo habría que interpretar a Goya, Dickens o Twain?

Entrevista con Ralph Ellison (“The Paris Review”. 1953-1983)