
1. Un buen narrador jamás usa el adjetivo “indescriptible”. Un buen narrador se dedica a cultivar con denuedo aunque sin exceso el jardín de la descripción.
2. Un buen narrador no escribe “Sofía era hermosa” y se sigue de largo. Un buen narrador se detiene en el lunar en un pómulo de Sofía.
3. Un buen narrador no escribe “Se sintió la furia de los elementos”. Un buen narrador logra que su tifón agite las palabras en la página.
4. Un buen narrador no escribe “Tenía la voz aguda” y lo olvida. Un buen narrador consigue lastimarnos el oído cada vez que suena esa voz.
5. Un buen narrador no escribe “Hicieron el amor durante horas”. Un buen narrador capta gritos y gemidos, la gota de sudor en un cuello.
6. Un buen narrador no escribe “Tuvo un sueño agitado”. Un buen narrador nos franquea la entrada al país convulso de las pesadillas.
7. Un buen narrador no escribe “Fugarse de la prisión parecía imposible”. Un buen narrador coloca a su reo en una celda junto al abate Faria.
8. Un buen narrador no escribe “El sol lo encegueció”. Un buen narrador obliga a abrir los ojos en el punto más alto del deslumbramiento..
9. Un buen narrador no escribe “Lo esperaba un largo camino”. Un buen narrador nos entrega el calzado que resistirá la andadura de los días.
y 10. Un buen narrador nunca escribe “Y vivieron felices para siempre”. Un buen narrador sabe que lo único que durará para siempre es la muerte.