La reflexión sobre la belleza particular de las cosas especiales, el hallazgo de un encanto secreto en los objetos más cercanos es un claro síntoma de la manía de la duda.
La belleza que se ve en las cosas particulares es sólo una parte de su misterio (por ejemplo, el caso de la observación diferencial: las imágenes y su belleza).
La percepción de la belleza en las cosas es sólo una cara de la percepción de su misterio. Por ello, dado que ser asaltado continuamente por el misterio de las cosas se considera locura, la obsesión permanente por la belleza también es locura.
