Para mí, escribir es un alimento y una necesidad,un lugar para comunicarme conmigo mismo, para meditar y estar a solas sin estar en soledad: un tercer espacio, como lo llama Winnicott, entre uno mismo y el mundo (…) He sido un hombre que siempre está a punto de entrar en una habitación y ponerse a escribir. Es donde preferiría estar la mayor parte del tiempo. Algunas veces pienso que todo lo demás –y todos los demás– no es más que un estorbo en el camino...
