La bondad es más provechosa que la verdad. Un hombre que hace el bien es más necesario que uno que persigue la verdad. La edad me ha hecho desconfiar de la verdad, por excluyente y dogmática, y me ha hecho abrazar la bondad, por frágil y escasa. No me interesan demasiado las personas que hablan en nombre de la verdad, ni siquiera cuando esa verdad apela a mis convicciones más íntimas. En cambio me conmueven las personas capaces de ejecutar la bondad. La novela en mi opinión más extraordinaria escrita en España durante la segunda mitad del siglo pasado lo expresó con la rotundidad de un apotegma: «El mayor misterio no reside en la existencia del mal, sino en la del bien».Miguel Espinosa (Escuela de mandarines)
