P. ¿Qué le hace sentirse un escritor al borde del precipicio, tipo Lispector?
R. Ah, la gran Lispector. Me alegra mucho que ella sí esté en mi libro. Es una escritora única, viral. Un ejemplo de perseverancia a la hora de cómo mirar con extrañeza el mundo, y mantenerse firme en esa posición incómoda. Lo que nos plantea Lispector es si no será el borde del precipicio el lugar natural del escritor, nuestro hogar (o anti-hogar), en el que debemos acostumbrarnos a estar, en mala postura, sin quejarnos. Ella lo hizo. Cuando uno se acerca a la escritura, ya está en el borde del precipicio: aproximarse al folio o a la pantalla en blanco implica aproximarse al miedo. Esa blancura me impone.
Eloy Tizón