¿Es que todo se reduce a un vocabulario y a unas formas sintácticas?
No, desde luego que no.
Michel Manoll, el único gran crítico que conozco, decía, al hablar del poeta Louis Emié, de Burdeos: «Tiene mucha humanidad; tiene mucho amor a las palabras, pero lo uno no se junta con lo otro». O una frase parecida. Decía: «Lo que ante todo me impresiona es la tinta».
Esa unión lo es todo. Cabe hacer ejercicios brillantes y ser también un hombre sensible y permeable, pero si los ejercicios no expresan al hombre permeable, se sigue estando dividido y sin interés. Se dice entonces: no es sincero, término que no vale gran cosa en la boca de los tontos, pero que sí quiere decir mucho en la de un hombre inteligente.
Max Jacob. Consejos a un joven poeta.