(Precalentamiento para los mundiales) Los más incomprensible de los patriotas y los hinchas del deporte, que a la postre adolecen del mismo síndrome mental, es que no caigan en la cuenta de lo a mano que tienen el remedio (que les privaría del pretexto para forzadas satisfacciones ilusorias, pero también les ahorraría otros tantos disgustos igualmente innecesarios), ya que les bastaría con pararse un momento y preguntarse: «Pero ¿a mí qué más me da?» Ya querrían los dipsómanos o los fumadores que les fuese tan fácil quitarse del alcohol o del tabaco.
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(Buñuelesca) De cada una de las pilastras que flanqueaban la nave central y de cara a las dos filas de bancos para los feligreses colgaba un letrero impreso que decía: «Se ruega que paren de hacer punto, crochet, ganchillo, etcétera, durante el acto de la Consagración»
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(De consuetudine, 1) Resistámonos con todas nuestras fuerzas a acostumbrarnos a ninguna cosa; la costumbre es una nana que convierte la atención en distracción y la vigilia en siesta.
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(De consuetudine, 2) Tras ninguna pantalla se esconden tantas cosas como tras la costumbre.
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(Antisócrates) «Conócete a ti mismo»; ¡sí, hombre, como si no tuviera uno otra cosa en que pensar!.
Rafael Sánchez Ferlosio. Campo de retamas